No temas al frìo que eriza el cuerpo, teme al frío que congela el alma; porque el resplandor vendrá como un ladrón y se llevará el soplo que aún no esté al tiempo, para purificarlo con su calor. Ése mismo, del que la Luna llena es un adelanto. Extasíate de plenilunio y no sollozarás.
No temas al frìo que eriza el cuerpo, teme al frío que congela el alma; porque el resplandor vendrá como un ladrón y se llevará el soplo que aún no esté al tiempo, para purificarlo con su calor. Ése mismo, del que la Luna llena es un adelanto. Extasíate de plenilunio y no sollozarás.
ResponderEliminarGracias por tu visita y tus palabras querido Attilio.
ResponderEliminar