En medio de la noche, pesadillas angustiantes que hacían referencia a momentos sórdidos, miedos e inseguridades, impedían el descanso, el verdadero sueño reparador, perseguida por letras y textos en tinta roja sobre papel barato. De pronto, un llanto interrumpió semejantes sueños, y supuso un gran alivio, un respiro... sus ojos , como dos piedras oscuras, eran visibles aún en la noche. Ojos inteligentes y penetrantes, y no por ello menos tiernos.
Ella era fuerte, siempre tan fuerte.
Años después, su compañía y ayuda invaluables, su conversación reparadora siguieron siendo un bálsamo a las angustias de la vida contidiana.
(Para A, te lo debía.)
Ella era fuerte, siempre tan fuerte.
Años después, su compañía y ayuda invaluables, su conversación reparadora siguieron siendo un bálsamo a las angustias de la vida contidiana.
(Para A, te lo debía.)
Bello, me gusta ; me gusta mucho..
ResponderEliminarjj
Gracias :)
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