domingo, 21 de marzo de 2010

Me dijo una tarde


Me dijo una tarde
de la primavera:
Si buscas caminos
en flor de la tierra,
mata tus palabras
y oye tu alma vieja.
Que el mismo albo lino
que te viste, sea
tu traje de duelo,
tu traje de fiesta.
Ama tu alegría
y ama tu tristeza,
si buscas caminos
en flor en la tierra.
Respondí a la tarde
de la primavera:
Tú has dicho el secreto
que en mi alma reza:
yo odio la alegría
por odio a la pena.
Mas antes que pise
tu florida senda,
quisiera traerte
muerta mi alma vieja.

Antonio Machado.

Con el poeta digo: Mi corazón espera también
hacia la luz y hacia la vida, otro milagro de la primavera.

martes, 16 de marzo de 2010

"El silencio proscrito"

Paz infinita de los campos altos
que aíslo yo y tú, cantante pino,
raudal que palabreas cuesta abajo
el andar tuyo, el mío,
nuestro doble infinito,
el ir y venir limpio,
tu huir contra el ir mío.

Flor que me miras, en tu umbrío fresco,
sobre mi verde vivo,
pájaro que te quedas con mi vuelo
que se queda contigo.

Mariposa que, como yo, conoces
el silencio proscrito...
Soledad toda, ¿ vengo yo a tu mundo
o tú eres el mío?

Juan Ramón Jiménez

martes, 9 de marzo de 2010

Here comes the sun

Little darling; it's been a long cold lonely winter,
Little darling; it feels like years since it's been here,
Here comes the sun, here comes the sun
and I say it's all right.

Little darling, the smiles returning to the faces,
Little darling, it seems like years since it's been here,
Here comes the sun, here comes the sun
and I say it's all right.

George Harrison
(Happy birthday, A.)

viernes, 5 de marzo de 2010

Fragmento

"Fragmento"

Me pareció que las llamas de tus ojos
Volarían conmigo hasta el alba.
No pude entender el color,
De tus ojos extraños.
Todo alrededor palpitaba
Nunca supe si eras mi enemigo, o mi amigo,
Y si ahora era invierno o verano...

Ana Ajmátova

jueves, 4 de marzo de 2010

Espronceda

Porque es un clásico.

A Jarifa, en una orgía
.....
¿Por qué murió para el placer mi alma,
y vive aún para el dolor impío?
¿Por qué si yazgo en indolente calma,
siento, en lugar de paz, árido hastío?

¿Por qué este inquieto, abrasador deseo?
¿Por qué este sentimiento extraño y vago,
que yo mismo conozco un devaneo,
y busco aún su seductor halago?

¿Por qué aún fingirme amores y placeres
que cierto estoy de que serán mentira?
¿Por qué en pos de fantásticas mujeres
necio tal vez mi corazón delira,

si luego, en vez de prados y de flores,
halla desiertos áridos y abrojos,
y en sus sandios o lúbricos amores
fastidio sólo encontrará y enojos?

Yo me arrojé cual rápido cometa,
en alas de mi ardiente fantasía:
doquier mi arrebatada mente inquieta,
dichas y triunfos encontrar creía.

Yo me lancé con atrevido vuelo
fuera del mundo en la región etérea,
y hallé la duda, y el radiante cielo
vi convertirse en ilusión aérea.

Luego en la tierra la virtud, la gloria,
busqué con ansia y delirante amor,
y hediondo polvo y deleznable escoria
mi fatigado espíritu encontró.

...

José de Espronceda